De: Jose Miguel Ruiz Velasco <jmruizve@yahoo.es>
Fecha: 21 de marzo de 2010 12:51
Asunto: Siena polémico: Iglesia y Pederestia: RV:Siena (N.391): 1. Pastoral del Papa sobre pederastia; 2. La Limpieza va en serio...; 3 Titulares engañosos y máxima claridad; 4. Cómo actua la Iglesia contra los abusos; 5. Celibato sacerdotal y abusos sexuales
Para: Jose Miguel Ruiz Velasco <jmruizve@yahoo.es>
Art.2
"Desde 1995 se ha denunciado en Alemania 210 mil casos de abusos sexuales de algún tipo. De ellos, 94 (noventa y cuatro) afectan a personas o instituciones de la Iglesia católica. Eso supone el 0,044 por ciento. El dato lo ofrece el veterano periodista Luigi Accattoli en un artículo publicado en Liberal (9 de marzo -file en pdf)."
"Es fácil explicar el ensañamiento de los medios sobre el clero católico", dice Accattoli. "El mundo de los periodistas apoya espontáneamente la 'revolución sexual' e individua fácilmente en el clero católico la mayor resistencia a tal orientación, de aquí el ímpetu con el que da resalto -si puede- a las contradicciones"
Art.4
"En los últimos nueve años (2001-2010) hemos analizado las acusaciones relativas a unos 3.000 casos de sacerdotes diocesanos y religiosos por delitos cometidos en los últimos cincuenta años".
"Grosso modo, el 60% son de 'efebofilia', o sea de atracción sexual por adolescentes del mismo sexo; el 30% son de relaciones heterosexuales, y el 10%, de actos de pederastia verdadera y propia, esto es, por atracción sexual hacia niños impúberes. Los casos de sacerdotes acusados de pederastia verdadera y propia son, pues, unos trescientos en nueve años. Son siempre demasiados, desde luego, pero hay que reconocer que el fenómeno no está tan difundido como se dice".
"Cuántos casos y de dónde
Los casos examinados por la Congregación ocurrieron en su mayor parte en "Estados Unidos: en 2003-2004 eran alrededor del 80% del total. En 2009 la proporción de casos estadounidenses bajó al 25% de los 223 nuevos casos llegados de todo el mundo". Después de 2007, a la Congregación vienen llegando unos 250 casos anuales; de muchos países tan solo uno o dos. "Aumenta, por lo tanto, el número de los países de procedencia de los casos, pero el fenómeno es muy limitado. Recordemos que en el mundo hay unos 400.000 sacerdotes diocesanos y religiosos."
De: Ismael Martínez <imartinez@compositor.org>
Para: Ismael Martínez <imartinez@compositor.org>
Enviado: sáb,20 marzo, 2010 13:11
Asunto: Siena (N.391): 1. Pastoral del Papa sobre pederastia; 2. La Limpieza va en serio...; 3 Titulares engañosos y máxima claridad; 4. Cómo actua la Iglesia contra los abusos; 5. Celibato sacerdotal y abusos sexuales
SUMARIO AÑO X NÚMERO 391 del 15 al 21 de marzo de 2010
1
"Pastoral del Papa sobre los curas pederastas"
noticia agencias / http://www.elpais.com/ / viernes 19 de marzo de 2010
2
"La noticia es que la limpieza va en serio"
Comentario de diego contreras / http://www.laiglesiaenlaprensa.com/ /miércoles
17 de marzo de 2010
3
"Abusos sexuales: máxima claridad y titulares engañosos"
noticia / http://www.aceprensa.com/ /miércoles 10 de marzo de 2010
4
"Cómo actúa la Iglesia contra los abusos sexuales"
noticia/ http://www.aceprensa.com/ /fuente: http://www.avvenire.it/ / sábado 13 de marzo de 2010
5
"Celibato sacerdotal y abusos sexuales"
noticia/ http://www.aceprensa.com/ / jueves 11 de marzo de 2010
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"Pastoral del Papa contra los curas pederastas"
noticia agencias / http://www.elpais.es/ / viernes 19 de marzo de 2010
El Pontífice vuelve a manifestar su "profunda preocupación" por este escándalo
El papa Benedicto XVI ha firmado ya la carta pastoral dirigida a los católicos de Irlanda con las directrices para prevenir y castigar abusos sexuales a menores cometidos por sacerdotes, una misiva cuyo contenido será dado a conocer este sábado, según ha informado la Santa Sede. Aunque Benedicto XVI ha firmado la carta coincidiendo con la festividad de San José, el Vaticano no tiene intención de divulgar el texto hasta este sábado, en que el portavoz, Federico Lombardi, se reunirá con los periodistas.
El documento papal será enviado a los obispos de Irlanda para que preparen su lectura en todas las iglesias de ese país durante los sermones del domingo.
El Pontífice, que ha convocado a los obispos irlandeses al Vaticano en varias ocasiones, ha vuelto a manifestar su "profunda preocupación" por este escándalo provocado no sólo por los abusos cometidos por sacerdotes y religiosos en este país sino también por la implicación de los responsables eclesiásticos que, en lugar de facilitar el procesamiento de los culpables, habrían tratado de encubrirles.
"La noticia es que la limpieza va en serio"
Comentario de diego contreras / http://www.laiglesiaenlaprensa.com/ /miercoles
17 de marzo de 2010
No hace falta ser un lince para constatar que en la prensa occidental se vive unos momentos curiosos en lo que se refiere a la información sobre la Iglesia católica. El último bloque de episodios lo constituye ver cómo algunos medios están informando de los casos de abusos sexuales cometidos por algunos sacerdotes en los últimos decenios. No creo que haya existido nunca una "situación ideal" en la cobertura informativa de la Iglesia, pero lo que está ocurriendo en estas semanas no es el simple fruto de la dialéctica normal de la información periodística.
Se diría que, para muchos, el escándalo no son los crímenes sino la moral católica y el celibato. Parece claro que más allá del interés objetivo por el problema y su solución, lo que se busca -en un notable número de casos- es ligar la culpa de los abusos a la Iglesia en sí (para minar su autoridad moral), presentar como culpable al clero católico en su conjunto e implicar directamente al Papa en los escándalos. No ha faltado incluso quien, en medio del fragor, ha invocado la necesidad de convocar un nuevo concilio...
Creo que hay que dar a cada cual lo suyo. Algunos diarios se han tragado noticias pocas horas después de haberla puesto a bombo y platillo en la web, otros han jugado con el equívoco y la insinuación o con la hipérbole ideológica. Pero el problema es real (no, desde luego, como algunos pretenden hacer creer: pero aquí un solo caso ya es demasiado). El dato es que, para limpiar la casa, el Papa está haciendo lo que ningún otro pontífice ha hecho jamás (que yo sepa). Pienso sinceramente que la buena noticia es esta: se percibe una voluntad real por erradicar el problema. Duele, como cuando se cura una infección, pero el resultado solo puede ser positivo. Para la gente seria, esa es la noticia.
Desde 1995 se ha denunciado en Alemania 210 mil casos de abusos sexuales de algún tipo. De ellos, 94 (noventa y cuatro) afectan a personas o instituciones de la Iglesia católica. Eso supone el 0,044 por ciento. El dato lo ofrece el veterano periodista Luigi Accattoli en un artículo publicado en Liberal (9 de marzo -file en pdf). (El cálculo del porcentaje es mío).
Antes de seguir adelante, subrayo -para evitar equívocos- lo que ya he dicho aquí varias veces: un solo caso ya es demasiado. No se trata, por tanto, de hacer un ranking ni de ver quien se ha comportado peor. Pero al mismo tiempo, es preciso reconocer que -a juzgar por los titulares de prensa de estos días-, se diría que la gran bestia negra es la Iglesia católica y sus depravados ministros.
"Es fácil explicar el ensañamiento de los medios sobre el clero católico", dice Accattoli. "El mundo de los periodistas apoya espontáneamente la 'revolución sexual' e individua fácilmente en el clero católico la mayor resistencia a tal orientación, de aquí el ímpetu con el que da resalto -si puede- a las contradicciones". Es una observación interesante de una persona que lleva cuarenta años trabajando en diarios como La Repubblica y Corriere della Sera.
Dejando de lado lo que puedan decir o hacer los demás, resulta admirable la "operación limpieza" que está llevando a cabo Benedicto XVI, de la que ya habló en el memorable Via Crucis de 2005 (escrito por el cardenal Ratzinger y seguido por Juan Pablo II, pocos días antes de morir, desde la capilla de su apartamento).
"Abusos sexuales:
máxima claridad y titulares engañosos"
noticia / http://www.aceprensa.com/ /miércoles10 de marzo de 2010
El escándalo de los abusos sexuales cometidos por clérigos continúa ocupando amplio espacio en los medios informativos europeos. Pero al presentar los casos ocurridos en Alemania, Austria y Holanda -que han concentrado la mayor atención durante esta semana- la prensa ha mezclado la información de datos y hechos con insinuaciones y equívocos provocados. Al final, la impresión es que la única culpable de esa triste situación es la Iglesia católica y sus depravados ministros.
Saliendo al paso de esta impresión, el director de la Oficina de prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, publicó una nota el día 8 en la que mantiene que "los errores cometidos en las instituciones y por responsables eclesiales son particularmente reprobables, dada la responsabilidad educativa y moral de la Iglesia". "Pero –añade– todas las personas objetivas e informadas saben que la cuestión es mucho más amplia, y concentrar las acusaciones sólo en la Iglesia lleva a falsear la perspectiva".
Como ejemplo, cita que "los últimos datos facilitados por las autoridades competentes de Austria indican que en el mismo período de tiempo los casos señalados en instituciones vinculadas a la Iglesia eran 17 mientras que en otros ambientes eran 510. Es conveniente preocuparse también por ellos".
El comunicado señala que las principales instituciones eclesiásticas afectadas han afrontado el problema con "tempestividad y decisión" y "han dado prueba de su voluntad de transparencia", "invitando a las víctimas a hablar incluso cuando se trataba de casos de hace mucho tiempo".
"El punto de partida correcto –precisa el comunicado– es el reconocimiento de lo que ha sucedido y la preocupación por las víctimas y las consecuencias de los actos perpetrados contra ellas".
"Estos hechos –dice la nota refiriéndose a los abusos sexuales– llevan a la Iglesia a elaborar las respuestas apropiadas y se insertan en un contexto y una problemática más amplia que atañe a la protección de los niños y de los jóvenes de los abusos sexuales en la sociedad". En esta línea se felicita de que en Alemania el Ministerio de la Familia haya convocado una mesa redonda de instituciones educativas y sociales para tratar el problema, iniciativa en la que la Iglesia está dispuesta a participar.
No solo en la Iglesia
Vaticanistas experimentados, como Luigi Accattoli, señalan también el distinto modo de tratar estos casos según que afecten a la Iglesia católica o a otras instituciones. En un artículo publicado en Liberal (9-03-2010), Accattoli da un dato: Desde 1995 se han denunciado en Alemania 210.000 casos de abusos sexuales; de ellos, 94 afectan a personas o instituciones de la Iglesia católica. Incluso en estos días han surgido casos que nada tienen que ver con el clero católico, como los de la prestigiosa escuela Odenwald de Heppenheim; se habla de entre cincuenta y cien casos a partir de 1971.
¿Por qué entonces la atención mediática se centra solo en la Iglesia católica? Según Accattoli, que ha trabajado durante cuarenta años para diarios como La Repubblica y Corriere della Sera, es fácil explicarse el ensañamiento de los medios con el clero católico: "El mundo de los periodistas apoya espontáneamente la 'revolución sexual' y encuentra la mayor resistencia a tal orientación en el clero católico: de ahí el ímpetu con el que resalta –si puede– las contradicciones".
Otra muestra de información no ya sesgada sino falsa ha sido el intento de involucrar en el escándalo de los abusos sexuales al hermano del Papa, Georg Ratzinger, por casos sucedidos en el coro de Ratisbona (Domspatzen) del que fue director musical de 1964 a 1993. Pero ninguno de los casos declarados se refieren a este periodo ni al coro en sí. Según la nota publicada por el obispado de Ratisbona, en la institución hay tres secciones: un liceo (Gymnasium), gestionado por un director laico; un internado, dirigido por un sacerdote, donde se alojan los niños del coro; y el coro, a cargo del director musical.
De los casos mencionados en estos días, el primero es de 1958, por un abuso cometido por el vice-director de la escuela. Cuando fue conocido el delito, fue apartado de su cargo y condenado penalmente. El segundo caso es el de una persona que trabajó allí en 1958 durante siete meses, y que fue condenado doce años después por un caso de abuso sexual. Parece que hay un tercer caso de 1969, que ocurrió diez años después de que el presunto culpable abandonara su relación con el coro. En suma, los casos hasta ahora denunciado se refieren a un periodo en que Georg Ratzinger no era tan siquiera director del coro.
Las precisiones del obispo de Ratisbona, publicadas en L'Osservatore Romano, fueron seguidas de una nota en la que "la Santa Sede se alegra de esta voluntad de transparencia en el seno de la Iglesia y espera que se actúe con la misma claridad en el seno de otras instituciones, públicas y privadas, si verdaderamente preocupa a todos el bien de la infancia"
"Cómo actúa la Iglesia ante los abusos sexuales"
noticia/ http://www.aceprensa.com/ /fuente: http://www.avvenire.it/ / sábado 13 de marzo de 2010
Mons. Charles J. Scicluna es promotor de justicia de la Congregación para la Doctrina de la Fe. En términos más sencillos, es el "fiscal" del tribunal de la Santa Sede encargado de juzgar los delitos más graves contemplados en la ley canónica. Entre ellos están los abusos de menores cometidos por clérigos. Ante la revelación de más casos en Alemania y algunos otros países europeos, en una entrevista de Gianni Cardinali para Avvenire (13-03-2010) explica cómo responde la Congregación a tales hechos.
Los delicta graviora (delitos más graves) reservados a la Congregación para la Doctrina de la Fe están definidos en el motu proprio de 2001 Sacramentorum sanctitatis tutela (cfr. Aceprensa, 16-01-2002). Son las profanaciones de la Eucaristía, las del sacramento de la Penitencia –como violar el secreto de confesión– y los contactos sexuales de un clérigo con un menor de edad.
La entrevista se centra en la actitud de la Iglesia ante las pruebas o sospechas de contactos sexuales con menores por parte de clérigos. ¿Ha habido ocultamiento? ¿Se ha usado de excesiva tolerancia?
Mons. Scicluna recuerda que la Iglesia siempre ha condenado con claridad estos actos y ha previsto sanciones rigurosas contra los culpables: un ejemplo antiguo es la instrucción Crimen sollicitacionis de 1922. Ahora bien, añade, "puede ser que antes, quizás por un mal entendido sentido de responsabilidad hacia el buen nombre de la institución, algunos obispos, en la práctica, hayan sido demasiado indulgentes con este tristísimo fenómeno".
No hay prohibición de denunciar a la autoridad civil
La investigación de tales casos por parte de la Santa Sede está sujeta a secreto ya desde las normas anteriores a las hoy vigentes, que son las recogidas de Sacramentorum sanctitatis tutela. Esto ha dado pie a decir, como ha hecho la ministra alemana de Justicia (cfr. Aceprensa, 12-03-2010), que la Iglesia prohíbe comunicar las denuncias a las autoridades civiles.
Mons. Scicluna precisa: "Una mala traducción al inglés dio pábulo a que se pensara que la Santa Sede imponía el secreto para ocultar los hechos. Pero no era así.
El secreto de instrucción servía para proteger la buena fama de todas las personas involucradas, en primer lugar las víctimas, y después los clérigos acusados, que tienen derecho –como cualquier persona– a la presunción de inocencia hasta que se demuestre lo contrario. A la Iglesia no le gusta la justicia espectáculo. La normativa sobre los abusos sexuales no se ha interpretado nunca como prohibición de denuncia a las autoridades civiles".
De hecho, la praxis de la Iglesia es más bien la contraria. "En algunos países de cultura jurídica anglosajona, y también en Francia, si un obispo se entera, fuera del secreto sacramental de la confesión, de que uno de sus sacerdotes ha cometido abuso de menores, está obligado a denunciarlo a la autoridad judicial". En tales casos, "nuestra indicación [a los obispos] es respetar la ley".
Donde no hay obligación legal, "no imponemos a los obispos que denuncien a sus sacerdotes, sino que les alentamos a dirigirse a las víctimas para invitarlas a presentar denuncia ellas mismas. Además, les invitamos a proporcionarles asistencia espiritual, pero no solo espiritual. En un caso reciente, de un sacerdote condenado por un tribunal civil italiano, fue precisamente esta Congregación la que sugirió a los denunciantes, que se habían dirigido a nosotros para un proceso canónico, que lo comunicaran también a las autoridades civiles, en interés de las víctimas y para evitar nuevos crímenes".
Tampoco tiene base reprochar negligencia o encubrimiento al Papa actual durante su mandato al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe (1981-2005). Mons. Scicluna señala que "el cardenal Ratzinger demostró sabiduría y firmeza al tratar esos casos. Más aún: dio prueba de gran valor afrontando algunos casos muy difíciles y espinosos, sine acceptione personarum".
Cómo se han resuelto los procesos
La entrevista explica qué pasos se dan cuando llega una denuncia a la autoridad eclesiástica. "Si la acusación es verosímil, el obispo tiene la obligación de investigar tanto la credibilidad de la denuncia como el objeto de la misma. Y si el resultado de la investigación previa es que hay base para abrir un proceso, [el obispo] no tiene ya competencia sobre el caso y debe remitirlo a nuestra Congregación, donde será tratado por la oficina disciplinaria".
A continuación, Mons. Scicluna detalla el número y tipología de los casos llegados a la Congregación. "En los últimos nueve años (2001-2010) hemos analizado las acusaciones relativas a unos 3.000 casos de sacerdotes diocesanos y religiosos por delitos cometidos en los últimos cincuenta años".
"Grosso modo, el 60% son de 'efebofilia', o sea de atracción sexual por adolescentes del mismo sexo; el 30% son de relaciones heterosexuales, y el 10%, de actos de pederastia verdadera y propia, esto es, por atracción sexual hacia niños impúberes. Los casos de sacerdotes acusados de pederastia verdadera y propia son, pues, unos trescientos en nueve años. Son siempre demasiados, desde luego, pero hay que reconocer que el fenómeno no está tan difundido como se dice".
De los tres mil asuntos en total, "en el 20% de los casos se ha celebrado un proceso penal o administrativo, normalmente en las diócesis de procedencia –siempre bajo nuestra supervisión–, y solo algunas veces aquí, en Roma: así se agiliza el procedimiento". Muchos procesos terminaron en sentencia condenatoria. "Pero tampoco han faltado otros en que el sacerdote fue declarado inocente o en que las pruebas no fueron consideradas suficientes. De cualquier modo, en todos los casos se analiza no solo si el clérigo acusado es culpable o no, sino también si es idóneo para ejercer el ministerio públicamente".
"En el 60% de los casos no hubo proceso, principalmente por la edad avanzada de los acusados, pero se dictaron contra ellos sanciones administrativas y disciplinarias, como la prohibición de celebrar misa con presencia de fieles y de oír confesiones, y la obligación de llevar una vida retirada y de oración. Hay que subrayar que en estos casos, entre los cuales hubo algunos muy sonados, de los que se ocuparon los medios de comunicación, no se trata de absoluciones. Ciertamente no ha habido una condena formal, pero si a una persona la obligan al silencio y a la oración, por algo será".
De los demás casos que se resolvieron sin llegar a concluir un proceso judicial canónico, en la mitad, "particularmente graves y con pruebas abrumadoras, el Santo Padre asumió la dolorosa responsabilidad de autorizar un decreto de dimisión del estado clerical". "En el restante 10% de los casos los mismos clérigos acusados pidieron la dispensa de las obligaciones derivadas del sacerdocio, que fue concedida con prontitud. Los sacerdotes implicados en estos últimos casos tenían en su poder material de pornografía pederasta y por eso fueron condenados por las autoridades civiles".
Cuántos casos y de dónde
Los casos examinados por la Congregación ocurrieron en su mayor parte en "Estados Unidos: en 2003-2004 eran alrededor del 80% del total. En 2009 la proporción de casos estadounidenses bajó al 25% de los 223 nuevos casos llegados de todo el mundo". Después de 2007, a la Congregación vienen llegando unos 250 casos anuales; de muchos países tan solo uno o dos. "Aumenta, por lo tanto, el número de los países de procedencia de los casos, pero el fenómeno es muy limitado. Recordemos que en el mundo hay unos 400.000 sacerdotes diocesanos y religiosos. Estos datos no se corresponden con la impresión que se crea cuando casos tan tristes ocupan las primeras planas de los periódicos".
En Italia, "hasta ahora no parece que el fenómeno tenga dimensiones dramáticas; pero me preocupa una especie de 'cultura del silencio' que veo todavía muy difundida. La Conferencia Episcopal Italiana ofrece un óptimo servicio de asesoría técnico-jurídica para los obispos que hayan de tratar esos casos. Observo con gran satisfacción el empeño de los obispos italianos por afrontar cada vez mejor los casos que les llegan".
¿Deben prescribir?
Ahora se plantea si la ley canónica –a diferencia de las leyes civiles– debería considerar imprescriptibles estos abusos de menores. "En el pasado, es decir antes de 1889, la prescripción de la acción penal era una norma ajena al derecho canónico. Para los delitos más graves, el motu proprio de 2001 introdujo la prescripción al cabo de diez años, que en los casos de abuso sexual se cuentan a partir del día en que el menor cumple 18".
"La experiencia indica –añade Mons. Scicluna– que el plazo de diez años no es adecuado a este tipo de casos, y sería deseable volver al sistema anterior, en el que no prescribían los delicta graviora. El 7 de noviembre de 2002, el venerable siervo de Dios Juan Pablo II concedió a este dicasterio la facultad de derogar la prescripción caso por caso ante una petición motivada por parte del obispo, y la derogación normalmente se concede".
"Celibato sacerdotal y abusos sexuales"
noticia/ http://www.aceprensa.com/ / jueves 11 de marzo de 2010
Ante los casos de abusos sexuales cometidos por clérigos algunos sectores vuelven a planear su relación con el celibato sacerdotal.
Al salir a la luz pública algunos casos de abusos sexuales contra menores cometidos por clérigos, algunos sectores utilizan estos lamentables hechos para arremeter contra el celibato sacerdotal. Pero esta asociación olvida que abusos de este tipo se dan también en otros ámbitos donde no se exige para nada el celibato: cfr. El celibato y el secretismo (Aceprensa, 3-04-2002).
En la crisis de este tipo en Estados Unidos en 2002, los datos aportados mostraron que no había ninguna prueba de que los abusos tuvieran algo que ver con el celibato sacerdotal. Los datos estadísticos respecto a EE.UU. fueron recogidos en Balance y final de un escándalo (Aceprensa, 10-03-2004).
Otras cuestiones sobre el mismo asunto se abordan en Aceprensa (19-06-2002), que incluía las siguientes preguntas:
¿Qué incidencia tiene el problema de abuso de menores entre el clero?
Philip Jenkins, profesor de Historia y Estudios Religiosos en la Universidad Estatal de Pensilvania, no católico, autor del libro Pedophiles and Priests (Oxford University Press, 1996), recoge un estudio referido a la diócesis de Chicago, que examinó los datos de unos 2.200 sacerdotes que sirvieron en la diócesis de 1963 a 1991. Se consideró prueba de mala conducta no una condena legal en los tribunales, sino el consenso de que una determinada acusación estaba probablemente justificada.
"Con esta baja exigencia de prueba –dice Jenkins–, el informe concluyó que unos 40 sacerdotes, en torno al 1,8% del total, eran probablemente culpables de mala conducta con menores en algún momento de su carrera. Dicho de otro modo, no había ninguna prueba contra más del 98% del clero parroquial. Como otras organizaciones que trabajan con niños no han hecho estudios tan amplios, no podemos saber si la incidencia entre el clero católico es mayor o menor que entre los profesores, asistentes sociales o monitores de scouts".
¿Es un problema específico o más grave en la Iglesia católica que en otras?
A pesar de que la atención se ha centrado en la Iglesia católica, "la mayoría de las iglesias norteamericanas donde se han producido acusaciones de abusos sexuales a menores son protestantes, y la mayoría de los acusados no son clérigos ni directivos, sino voluntarios". Así escribe The Christian Science Monitor (abril 2002), revista conocida por su rigor, haciéndose eco de los datos contenidos en los informes nacionales que anualmente publica Christian Ministry Resource (CMR).
CMR hace una encuesta nacional entre unas 1.000 instituciones eclesiásticas (congregaciones, parroquias...) y, desde 1993, ha preguntado también sobre denuncias de abusos sexuales. Como promedio, un 1% de las congregaciones encuestadas comunicaban casos de abusos de este tipo. "Los católicos han acaparado toda la atención de los medios de comunicación, pero este problema es mayor en las iglesias protestantes simplemente porque son muchas más", dice James Cobble, director ejecutivo de CMR. De las 350.000 iglesias de EE.UU., 19.500 son católicas (un 5%).
Las conclusiones del CMR revelan también que "los abusos se dan más entre los voluntarios [que ayudan en las iglesias] que entre el clero o el personal directivo. Y, lo que es más sorprendente, los menores son acusados de abusos contra otros menores con tanta frecuencia como el clero y los directivos. En 1999, por ejemplo, el 42% de los presuntos autores de abusos fueron voluntarios, un 25% profesionales de las iglesias (incluido el clero) y un 25% otros menores".
Un 21% de los casos se resolvieron por sentencia judicial o por acuerdos extrajudiciales.
¿La exigencia del celibato sacerdotal puede favorecer conductas sexuales desviadas?
El citado Philip Jenkins explica en unas declaraciones recogidas en First Things (mayo 2002): "Mis investigaciones de estos casos durante los últimos veinte años indican que no hay ninguna prueba de que los sacerdotes católicos u otros clérigos célibes estén más inclinados a incurrir en mala conducta o abusos que los clérigos de cualquier otra Iglesia, o que los laicos. Aunque determinados medios de prensa vean este asunto como una crisis del celibato, no hay nada que pruebe tal cosa".
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